domingo, 4 de mayo de 2008

En perfecto silencio


De los extremos que sujetan

mi centro inalterable

como una fuerza de vocáles

ha surgido esta realidad invisible.


Y yo, la sueño como el despertar

de una inconsiencia multiplicada

que nació de la más pura y perfecta unidad

Igual de basta que la noche o la eternidad

en el racional del hombre languidecio finalmente.


Como desearía poder quebrar todas las líneas,

convertirlas en inmensos círculos

para así formar un Yo impresiso

donde en su espiral no quepa el centro.



Y Sentir.

Sentir es lo único que en verdad importa

la llama incesante que quema en el pecho

la belleza intrinseca que guarda en el Retorno

el sentido del Sin-sentido.


Aquélla fuerza creadora

que pareciera esconderse en la vacuidad

para no dejar expuesta a simple vista tánta belléza.

Tanta eternidad.

Pureza incomprensible que jamas llegare a entender

pero que puedo contemplar

con serenidad y asombro.