sábado, 26 de diciembre de 2009

Como un tatuaje




Ahora somos sólo cuerpo de ceníza

apenas sostenidos por este mundo que nos toma.

El dolor ya convertido en un cuarzo vítreo y negro

descansando sobre un silencio que aún no estalla.

Pero a veces

 sólo a veces

tu recuerdo se acomoda y se recuesta en mi cama

y se quema entonces el tiempo

y se incendia el olvido.

Las yemas de mis dedos cogiendo el aire

deseando ir aún mas léjos de la pluma o del envés

queriendo sostener un sueño que ahora me mira fíjo

como si la inconsiencia le hubiera sído arrebatada

en el segundero del algún reloj

o en el espiral humeante de un recuerdo siempre vivo.

-Embriagantes espasmos en extasis expresivo-

Saberme eterna

Quererte mío

Exisitrá ahora la misma sangre reverberando entre las venas.

Existirá ahora?

Me pegunto mientras algo de olvido se remueve y viaja

entre el olor a láudano agazapado

y el glope rojo de éste trago de vino.

Ahí.

en el negro

Aún mi verdad

quiere dos verdades.

Poder morír un día de invierno

sobre tus hojas.