martes, 19 de febrero de 2008

Cronos

Cuando la noche, Luna,
tus ojos desfalcan toda Luz.
La sangre arde
en los minutos
que recorren nuestro tiempo.
Nuestras horas,
prefacio de dos cuerpos extenuantes.


Tú y yo,
El uno bajo el otro.
Tantos ires de regreso,
y la saliva que humedece al beso.
Que distinto mirar el cielo en tus brazos,
Al calor de nuestras bocas,
el uno sobre el otro.

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